El humor y la lectura de la realidad están presentes en "Distracciones", obra de Carlos Gorostiza, actuada por un creativo elenco de jóvenes dirigidos por Mariana Giovine.
La obra parte de una
charla entre hermanos, la adolescente Vero, inquieta y fabuladora (Luciana
Vieyra ) y Nico, joven músico integrante de una banda de rock (Juan Pablo
Galimberti), hijos de diferentes esposas
de un mismo padre. Este personaje, ausente en escena, prometió reunirse con
ellos para anunciar el compromiso con la joven Lucre (Violeta Zuvialde). Pero
la espera se alarga y crece el temor de que se pulverice la concreción de un
proyectado ensayo. Los hermanos dialogan, insinúan deseos y se atreven a
ponerle nombre a las frustraciones, perfilando sin trampas aquello que los
caracteriza. No eluden las contradicciones que en algunas secuencias devienen
en silencios o en pausas tan elocuentes como las palabras que sueltan en los
desbordes. Las atrevidas observaciones de Vero y las mesuradas de Nico
conmueven por su naturalidad, expresadas en un lenguaje que por genuino desafía
al engaño.
Mientras persiste la demora, surgen particularidades en torno de ese
padre ausente apodado Cacho, rasgos que Lucre completa al ingresar a la casa,
donde otro personaje se suma al encuentro. Se trata de El Negro (Jorge Seleme),
músico integrante de la banda, alterado por el frenético temblor que le produjo
el robo de su instrumento. Centrado en su desgracia, sólo se aquieta al
percibir en su pierna el deliberado roce del cuerpo de la traviesa Vero. Un visitante no convocado es Vicente (Franco Moix), diligente empleado del
padre en fuga y mensajero de un hecho impensado.
Vivacidad y humor son elementos afines a esta pieza que no descarta la
reflexión. ¿Qué distrajo a los hermanos, sobre todo a Nico, el mayor? ¿Por qué
cargar con la fechoría ajena? ¿Tan caro se pagan las distracciones? La reacción
atemperada de los personajes y el anhelo de dicha allanan un itinerario
interior que amenaza convertirse en una carrera de obstáculos.
Con un comienzo en apariencia trivial, los protagonistas demuestran que
ciertas reiteraciones son necesarias para que aparezca lo inesperado o nuevo.
La directora Mariana Giovine logra que
los tiempos destinados a cada escena permitan a los intérpretes apropiarse sin
rupturas de sus personajes, y a cada espectador, utilizar la “cámara” que lleva
en su cerebro y advertir aquello que está detrás de una resolución cómica.
Distracciones renueva
tensiones y fantasías sobre el desajuste de la vida de unos jóvenes que desean
afirmarse, dejando atrás ese estado
impreciso y frágil en que se encuentran. De ahí tal vez la decisión de Nico de
mirarse a sí mismo y aferrarse a la música que, al igual que toda pasión y todo
arte, conforta y abre perspectivas. Aprender de la realidad y no de las
convenciones sobre la realidad es acaso una de las propuestas que se desprende
de la sólida dramaturgia de Gorostiza, quien se permite prescindir de adornos
para que el espectáculo resulte nítido y los intérpretes, hábilmente conducidos
por Giovine, encaren con lucidez y gracia un juego teatral que propicia
actitudes liberadoras entre apuntes cómicos.
Ficha
Autor: Carlos Gorostiza. Elenco: Juan Pablo Galimberti., Luciana Vieyra,
Jorge Seleme, Violeta Zuvialde y Franco Moix. Escenografía y vestuario:
Agustina Filipini. Iluminación Fernando Chacoma. Música: Ignacio Gabbanelli y
Lautaro Rodríguez Álvarez. Dirección: Mariana Giovine. Asistencia de dirección:
Gladys Escudero. Producción TNC: Lucero
Margulis. Fotografía TNC: Gustavo Gorrini y Mauricio Cáceres. Diseño gráfico:
Verónica Duh y Ana Dulce Collados.
En la Sala Orestes Caviglia del TNC,
Libertad 815 (tel. 4816-4224).
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