Sucede a veces que texto y vida se
unen. “Estrategia de la luz es un legado”, apunta una de
las actrices entrevistadas tras este estreno en el Teatro Celcit. Su
autora, Adriana Genta, deja aquí “señas de identidad” e
inquietudes que interesa no soslayar. Nacida en Montevideo (Uruguay)
en 1952, adoptó la nacionalidad Argentina tras instalarse en 1974, y
falleció en Buenos Aires el 9 de febrero de 2017. Dramaturga
premiada, actriz, guionista de cine y radio e investigadora teatral,
supo de la buena recepción de sus obras en teatros de América y
Europa. Un primer incentivo de Estrategia... es preguntarse
¿cuál es esa luz? ¿Es la pista de un fenómeno místico? Y esto
porque los personajes son aquí la monja carmelita Teresa de Ávila,
que nació en 1515, murió en Alba de Tormes (Salamanca) en 1582, y
fue canonizada como Teresa de Jesús.
El otro personaje histórico de
esta obra es la destronada reina Juana de Castilla y Aragón, nacida
en Toledo en 1479, a quien su propia familia consideró insana y
recluyó en Tordesillas (Valladolid) desde 1509 hasta su muerte en
1555. Si bien no hay testimonio de que estas dos mujeres se hayan
tratado, la autora ideó un encuentro posible, dando espacio al dolor
de una Juana atormentada por su encierro, sus llagas y el
padecimiento del desamor, y a una joven monja dispuesta a entregar
afecto a esa soberana de 76 años que delira. Si algo podía
acercarlas es aquello que con cierta ligereza suele denominarse
comprensión.
Es así que la obra condensa situaciones de furia y
derrota, acaso necesarias para develar realidades interiores.
“Verdades” que trasmiten con intensidad la actrices Teresita
Galimany y Laura D'Anna en los roles de la reina Juana y Teresa de
Ávila, las dos compañeras de escena en otras obras y en puestas de
la actriz chilena Verónica Oddó y del recordado Juan Carlos Gené,
dramaturgo, actor y docente, quien fuera director del Celcit hasta su
muerte, espacio hoy conducido por el dramaturgo, docente e
investigador teatral Carlos Ianni. La dirección de Estrategia...
es del premiado actor y
director peruano Alberto Ísola, conocedor de la producción
de Genta y director de Estrella negra, una de sus obras
estrenada en Lima (Perú).
Sin duda el tema de la luz recorre la
obra, asunto que no se limita a los creyentes. Pensadores de toda
época le dedicaron tiempo y debate en textos y propuestas teóricas.
Filosofías de la luz y la oscuridad, discutidas alusiones a lo bello
y lo tenebroso, y percepciones sobre las que se explayan las actrices
en esta entrevista.
Laura D'Anna: -Esa luz de la que
habla el texto se abre paso desde el inicio, desde los intentos de
Teresa por aliviar los males físicos y mentales de Juana hasta el
momento en que Teresa siente caer sus certezas y dirá “no puedo
más”. Ese despojamiento es sabiduría.
Teresita Galimany:
-Porque lo que intenta dar no es un simple consuelo. La “luz
que hace camino” en la obra va más allá de si quien la busca es
creyente o no. La reina que deseaba al hombre con el que la casaron
de joven (el archiduque austríaco Felipe el Hermoso) acabará
diciendo que no quiere hablar más de él, ni de sus traiciones ni de
su muerte. Por eso, cuando deja de maltratar y burlarse de la monja
que le ofrece acompañarla en el final de su vida, le pedirá ayuda.
En ese momento también habrá “verdad” porque allí son
sencillamente dos mujeres “desprovistas”, una de la corona y otra
de la cruz.
--Finalmente libre de prejuicios...
D'Anna: -Sí,
porque Teresa no llega a eso por deber, por cumplir una supuesta
misión de Dios, o porque se lo ha encomendado su confesor Francisco
de Borja, también confesor de Juana. En la obra la luz identifica a
un encuentro verdadero.
–Suele decirse que el escepticismo
es inútil y el dogmatismo dañino. ¿A qué se debe la resistencia a
no dudar de las “verdades” propias?
D'Anna: -Es una forma de creerse
más inteligente que aquél otro que piensa distinto. Una puede
decirle a alguien “bueno, vos pensás eso, pero yo te voy a querer
igual”. Otras veces se actúa así por soberbia. Pero no hay que
desarmarse ante la resistencia del que cree tener todas las verdades.
Esto también aparece en la obra, y “bordado” con mucha
delicadeza por la autora.
Galimany: -Eran
diferentes, pero vivieron situaciones parecidas: se desconfiaba de
ellas, aunque a Teresa de Ávila, que escribió tanto, y entre los
últimos libros Las Fundaciones (sobre la reforma de los conventos),
después la convirtieran en Santa. No se llevaban bien con las
instituciones que les había tocado, y el patriarcado dominante
trató de “esconderlas”. A Juana se la confinó en una torre y a
Teresa se la criticó mal. Es interesante ver en esta obra cómo,
partiendo de experiencias tan distintas, conectaron con lo esencial
de cada una.
–¿Lo esencial como aquello que
cada persona guarda en su interior y no es develado?
D'Anna: -Cuando leí la obra y
me acerqué al personaje de Teresa sabía que era una poeta mística
del Siglo de Oro Español, y fue difícil sacarme de encima al gran
personaje. Después de una segunda lectura pensé en el cuidado de la
persona que acompaña a morir a otro, y en lo que viví con mi mamá.
Pensé en esa larga agonía donde uno tiene que bancarse los olores,
los desplantes, los sufrimientos, las broncas... Situaciones de las
que también habla esta obra. Y es cierto eso de lo esencial. En la
obra, Teresa de Ávila, mi personaje, dice “No he podido llegar al
Castillo Interior de su alma”. El concepto “Castillo Interior”
es contundente. Ese Castillo está en Las Moradas, el último libro
que escribió y donde Teresa no se aparta de la idea de que las
monjas se instruyan, sepan leer y escribir y no se hagan las
“distraídas” con ellas mismas. Que conozcan su interior para
conocer el interior de los otros.
–Actitud deseable también en otros
ámbitos...
Galimany: -La historia ha
revisado la figura de Teresa y también la de Juana, sobre todo en
los últimos tiempos. Durante décadas Juana fue “La Loca”
encerrada en una torre. Hasta hubo una película, en blanco y negro,
de la época franquista, que era terrible. Se ha revisado cuánto de
locura había en ella, y qué locura. Lo que había era en realidad
una mujer de 30 años a la que le cae la corona encima, porque no era
la heredera pensada para la corona. Tuvieron que morir tres antes que
ella. Tampoco Juana tenía intencióm de ser reina. Cuando la nombran
estaba en perfecta condiciones de asumir. Pero ¿qué pasó?: su
padre primero, su marido después, que muere; y después su hijo
vieron que encerrarla era lo mejor para sus propios intereses. Por
supuesto, después de estar cuarenta y seis años encerrada,
cualquiera enloquece. La encierran con su hijita recién nacida y
después se la quitan. Ella resistió esto, y creo que tenía una
entereza enorme. Sabía en qué situación se encontraba. Después
fue buscando excusas: mis hijos no me visitan porque viven en tierras
lejanas... y otras negaciones. El texto de Adriana muestra esa
soledad y la dificultad de Juana para admitir que una monja empatice
con ella. Cualquiera que haya vivido situaciones de enfermedad con
locura o demencia precoz o Alzheimer sabe lo tremendo que es vivir
con eso. Esta Juana delira pero también dice verdades y el daño que
sufre no es por amor sino por desamor. “Nadie me amó -dice mi
personaje-, salvo ese abrazo de mi madre, una vez, y nadie más”.
Adriana tenía el deseo de destacar a las mujeres fuertes, y fue fiel
a sus historias. Lo que escribe en Estrategia … es verídico.
La diferencia es que lo ofrece de manera poética. El día del
estreno en el Celcit, su compañero nos decía: “Todavía hoy no
puedo creer cómo Adriana escribió esto dos años antes de su
muerte”. Claro, es lo que ella vivió. Después de cierto recorrido
por la vida, creo que todos hemos pasado por esto de acompañar a
alguien hasta el final. Adriana había vivido lo que cuenta la obra,
y después lo vivió en ella. Por eso digo que Estrategia de la
luz es su legado.
Ficha
Obra: Estrategia
de la luz
Autora: Adriana
Genta
Elenco: Teresita
Galimany y Laura D'Anna
Dirección: Alberto
Ísola
Escenario y vestuario: Alejandro
Mateo
Iluminación: Soledad
Ianni
Música original: Osvaldo
Aguilar
Coreografía: Franklin
Dávalos
Lugar: Teatro
Celcit, Moreno 431 (1091) Buenos Aires
Funciones: los
sábados a las 20.
Realización de vestuario, peluca,
escenografía
y asistencia de escenografía: Titi
Suárez, Miriam Manelli,
Jorge Crapanzano y
Myriam Argüello
Asistencia de producción: Rocío
Solange Bari.
Producción ejecutiva en Bs.As.:
Mercedes Kreser.
En Lima: Juan
Carlos Adriánzen
Producción ejecutiva: Carlos
Ianni
Asistencia de dirección:
Andrea Albano
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